Uno de los temas que debe ser de mas preocupación para nosotros tiene que ser el diálogo franco y abierto sobre que tipo de desarrollo global beneficiaría mas a nuestra sociedad como conjunto. Cualesquiera que este sea, definitivamente tiene que ser coherente y aplicable justamente y equitativamente (en cuánto a sus principios) a todos los niveles y estratos poblacionales. Al mismo tiempo, el enfoque primario necesariamente tiene que basarse en mejorar la calidad de vida del ser humano y no únicamente en fomentar lo cuantificable. En este sentido, se hace referencia a la calidad de vida mas en términos de los aspectos intangibles que definan esta, que meramente físicos. Se podría agregar que el nivel o valor relativo de una sociedad (entendiendo ésta como la suma total de todos sus miembros) se deriva de la calidad, medida en términos de conciencia, de las personas que la integra.
En base a esto, se podría hacer la siguiente pregunta: ¿Que tipo de mundo podemos esperar construir si no enfocamos nuestros esfuerzos hacia el desarrollo de la conciencia del ser humano. Para crear una mejor sociedad, los individuos que la componen también tendrán que transformarse. Cualquier otro intento, por mas bien intencionado que sea, que no contempla la formación del ser humano como objetivo fundamental, solamente podrá ofrecer beneficios marginales (en el mejor de los casos) y nunca llegaría al fondo del problema real de nuestra civilización.
Definitivamente, el reto es de llevar ese concepto a la realidad, a la práctica. La experiencia demuestra que la única verdadera y permanente transformación del individuo ocurre cuando el es partícipe conciente y activo en ese mismo proceso. Se puede decir lo mismo de una sociedad en general, con el comentario de que su desarrollo real depende de la integración plena de su pueblo en ese proceso. En si, se debe añadir que es únicamente a través de su participación en el proceso de desarrollo de su propia sociedad que un pueblo se educa, se forma y se concientiza. Si hay alguna lección que la historia nos ha enseñado, esa es.
No se puede sub-estimar la importancia de fomentar la formación personal del ser humano, su toma de conciencia, su concientizacion. Son conceptos muy utilizados pero no muy comprendidos. La conciencia se define como la suma total y calidad de todos los pensamientos, sentimientos e instintos de un individuo. Los beneficios de mejorar, expandir y ampliar éstas son múltiples. Al vivir mas conciente, el ser humano podrá responder al medio con mas certeza, estimulando así el proceso de retro-alimentación y, por tanto, aumentar su capacidad de tomar medidas auto-correctivas. Ser mas conciente conlleva a un mayor dominio sobre el proceso de toma de decisiones sobre los asuntos que afectan a la vida de uno, permitiéndonos vivir con
mayor flexibilidad y creatividad. Nuestro comportamiento se hace mas espontáneo, libre y lleno de posibilidades. En la medida que vivimos mas concientemente, nos hacemos mas sensibles y servidores de la vida, responsables por y respetuosos del impacto que puedan tener nuestra acciones sobre todo lo que nos rodea. Al ser mas comprensivos de nuestro lugar en la vida, se puede producir un mundo mas auto-regulador y auto-organizador.
Es cierto, todo esto implica embarcar en un proceso lento y definitivamente a largo plazo. Pero si es nuestro deseo de construir una sociedad dinámica compuesta por ciudadanos maduros y responsables, no nos queda otra alternativa que tomar esa decisión de impulsar nuestro desarrollo con una cara humana.