Es claro que estamos viviendo en una época de transformaciones radicales en casi todos los sentidos. Sin darnos cuenta, una nueva civilización está emergiendo. Se evidencia el surgimiento de una verdadera conciencia colectiva mundial que está rompiendo las barreras religiosas, raciales, sexuales, sociales, políticas y económicas. Hay más participación real a todos los niveles, un sentido creciente de responsabilidad no solamente hacia nuestras acciones personales, sino también hacia el prójimo y hacia la protección de nuestros recursos naturales y de las demás formas de vida que comparten este planeta con nosotros.
Aquí en la República Dominicana también se notan cambios que aunque todavía no se han manifestado de manera sostenida ni muy articulada, si se pueden palpar y es claro que su contenido definirá el curso que nuestra sociedad correrá al entrar en el nuevo siglo que se aproxima. Muchos de nosotros que trabajamos en el campo del desarrollo, y en especial en las instituciones sin fines de lucro, estamos muy preocupados por lo que está sucediendo además de ser muy concientes de que tenemos una responsabilidad moral y social de ayudar crear un mundo mas sano, justo y equilibrado para nuestros hijos.
En la búsqueda de principios que nos pueden orientar en cumplir con esta misión, nosotros en el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, (IDDI) hemos identificado dos éticas sobresalientes que son la Ética del Desarrollo Integral y la Ética de Autorealización. Estas dos son las que definen la filosofía de desarrollo de la institución y se aplican en la concepción del contenido y en la ejecución de nuestras acciones prácticas.
La Ética del Desarrollo Integral representa una identificación total del ser humano con todo lo que le rodea, entendiendo que no existimos como entidad independiente de las leyes naturales. Somos parte integral e indivisible de todo lo que existe, y que la vida no nos pertenece, sino que pertenecemos a la vida. A nivel práctico, la filosofía del desarrollo integral es una forma de expresar y aplicar concretamente esa visión global de la vida.
El IDDI considera que el ser humano como individuo, y como miembro de una comunidad, es un ser completo y debe ser tratado como tal. Nuestras necesidades en la vida son multidimensionales e indivisibles. Entre éstas están una vida prolongada y saludable, la educación y formación humana, acceso a los recursos necesarios para tener un nivel de vida decente, la libertad política, la garantía de los derechos humanos, el respeto a sí mismo y una oportunidad de autorealizar nuestro potencial como seres espirituales.
Tomando este concepto en cuenta, el IDDI ha decidido concentrar sus esfuerzos de manera intensiva en comunidades definidas implementando actividades multi-sectoriales con el apoyo de un equipo multi-disciplinario. Aunque la composición de los asentamientos varían de un lugar a otro siempre existen elementos constantes en la estrategia que aplica el IDDI siendo estos los siguientes:
Apoyar la organización de los pobladores,
Apoyar la formación humana, académica y vocacional de la población participante,
Mejorar las condiciones de saneamiento ambiental (agua potable, recolección de basura y drenaje sanitario),
Mejorar las condiciones habitacionales mediante el uso de préstamos recuperables,
Mejorar los ingresos familiares mediante la canalización de créditos,
Mejorar las condiciones de salud primaria enfatizando medidas de prevención.
La Ética de Autorealización implica que la meta de toda experiencia humana es la autorealización individual y el desarrollo evolucionarlo de la conciencia de la raza humana. Tal como nosotros mismos deseamos nuestra propia autorealización debemos permitir que todo ser viviente se autorealice también. Esta ética enfatiza la transformación del ser humano como su propósito central ya que entendemos que la para crear una mejor sociedad, las conciencias de sus ciudadanos que la componen tienen primero que evolucionar.
El IDDI promueve y aplica el auto-desarrollo del ser humano como individuo mediante la educación en temas tales como:
El auto-estima personal y como este se logra,
La convivencia humana y tolerancia hacia los demás,
Los valores democráticos,
Como superar la indiferencia personal y la dependencia emocional y mental.
Por otro lado, una sociedad sana depende de las relaciones que el individuo posee con la comunidad y como dentro de esa colectividad se expresan los diferentes sectores sociales, políticos y económicos. Como el IDDI trabaja con el sector de bajos ingresos sus acciones incluyen lo siguiente:
La promoción de la participación de la población beneficiaria en la ejecución de los proyectos del IDDI. Es de esta manera que los pobladores se identifican con los objetivos y se motivan para integrar a todo lo que se vaya a realizar, condiciones indispensables para romper el ciclo de dependencia al cual han estado sujetos por tantos años.
El apoyo educativo, financiero, material y legal a las organizaciones comunitarias representativas con el propósito de fortalecer su capacidad de responder a las necesidades de su población meta además de ayudar a que se insertan de manera mas decidida y sostenida en el proceso de toma de decisiones sobre el desarrollo de la nación.
La realización de programas de educación cívica para que haya la mayor difusión, concientización y convencimiento popular sobre los derechos y deberes del ciudadano dentro de la sociedad.
Sin duda, la adopción y aplicación de estas éticas implica un proceso lento pero imprescindible si es que queremos entrar en el próximo siglo como un país vigoroso, dinámico y democrático donde todos tengamos las mismas oportunidades de decidir nuestros propios destinos y de auto-realizarnos como seres humanos.