En los últimos días la situación de los pobladores que viven en la parte del barrio La Zurza ubicada en la orilla del río Isabela, llamado por sus habitantes como el sector del Hoyo de La Zurza, ha sido tema de mucho interés público.  Las condiciones de vida que existen en esa zona son verdaderamente alarmantes e inhumanas.  No cabe la menor duda que ningún ser humano debe estar habitando en un lugar como ese: no tienen agua potable, ni drenaje sanitario, ni donde disponer de la basura, viven en la zona de inundaciones del río Isabela, las viviendas son sumamente precarias y pequeñas para las necesidades familiares, etc.

Ante esta problemática, el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, Inc. (IDDI), entidad sin fines de lucro que viene apoyando el desarrollo del barrio La Zurza, considera importante señalar varios puntos de interés público. 

Estos son:

1. Es innegable que los pobladores del Hoyo de La Zurza padecen de muchas enfermedades, tales como la tifoidea, las respiratorias, las gástricas, de la piel, de la vista y anemias.  Es importante enfatizar que en realidad estos problemas de salud que afectan a este sector no son exclusivos de ese lugar sino son comunes en todos los barrios donde hay deficiencias similares, o sea, pésimas condiciones ambientales, inadecuados sistemas de eliminación de excretas y basuras, mala calidad de insuficiencia de agua potable, etc.  El caso del Hoyo de La Zurza es solamente uno mas que se ha resaltado en la prensa recientemente.  Hasta que no haya un saneamiento completo de los barrios estos problemas seguirán con sus consecuencias innegables.
2. El IDDI apoya la posición de que los pobladores que viven en las zonas no-habitables deben ser reasentados en proyectos construidos con los criterios que todo ser humano merece.  Las zonas que si son habitables deben ser rehabilitadas de manera que las familias que viven en las mismas pueden tener un comunidad sana, segura y cómoda.  Además, se recomienda que en esas zonas habitables será necesario identificar y reubicar esas viviendas que están en una situación de peligro, que obstruyen el desarrollo global del barrio y que agravan de manera extrema al hacinamiento del mismo.
3. El IDDI apoya la ley que especifica que se debe reubicar a esas familias que viven en las zonas no habitables en las cuencas de varios ríos y cañadas de Santo Domingo.  Inclusive, puede ser necesario que en algunos sitios la franja de 30 metros de la orilla de los ríos y los 15 metros en las cañadas debe ser ampliada ya que verdaderamente hay muchas zonas que son inhabitables.
4. El IDDI apoya una acción coordinada entre las instituciones del Gobierno Dominicano, las organizaciones sin fines de lucro y los grupos comunitarios para sanear los barrios.  Con esa intención, recientemente el IDDI realizó varias iniciativas que son:

• se firmó un acuerdo con la CAASD para regularizar el suministro del agua en La Zurza y Los Manguitos que se está operativizando satisfactoriamente;
• se firmó un acuerdo con el Ayuntamiento del Distrito Nacional para coordinar la recolección de la basura el cual no ha sido respetado por el ADN (y no por falta de seguimiento por parte del IDDI y los grupos comunitarios);
• se está coordinando acciones importantes entre la SESPAS, el IDDI y los grupos comunitarios en La Zurza (tales como en el área de planificación familiar, letrinización, vacunación etc.) que son necesarios extender a otros barrios;
• se ha propuesto una comisión conjunta entre Bienes Nacionales, las Secretarias de Obras Públicas y de Salud Pública, el Supervisor General de las Obras del Estado, la CAASD, el IDDI, la Iglesia Católica y los grupos comunitarios con miras a coordinar las acciones de rehabilitación de La Zurza.

1. Es necesario entender que nadie (y eso incluye al Gobierno Dominicano) tiene los recursos en estos momentos de promover un saneamiento total de los barrios ya que para resolver los problemas (empleando el modelo de los multi-familiares) de las aproximadamente 45,000 familias que viven en la zona norte nada mas, se necesitarían cerca de 4 mil millones de pesos.  La única alternativa es la siguiente:

• Es necesario emplear un modelo de desarrollo barrial intermedio que sanea estos asentamientos desde su interior que incluye las siguientes consideraciones:

• de menor inversión de capital y, en la medida de lo posible, los costos invertidos deben ser recuperables, 
• mano de obra intensiva, 
• que respeta el tejido socio-cultural y económico existente, 
• que utiliza un máximo (en la medida de lo posible) los recursos humanos, materiales y financieros que existen en los barrios.

• Se necesitará la colaboración de los diversos sectores institucionales para hacerlo una realidad (y no solamente por razones económicas).
• Se sabe de antemano que será un proceso largo (con muchas altas y bajas) que requerirá de mucha paciencia, confianza y determinación entre las partes.
• El proceso de toma de decisiones tiene que ser completamente apartidista.
• y, finalmente, es imprescindible cambiar las actitudes hacia los pobladores de estos asentamientos.  Los políticos tienen que dejar de verlos como peones en su juego de ajedrez;  son personas capaces de impulsar acciones de desarrollo propio y de participar en el proceso de toma de decisiones sobre el destino de nuestra nación, igual que ellos mismos.