A todos nosotros siempre nos surgen preguntas sobre el futuro incluyendo, entre otras, cuales serán los retos que tendremos que enfrentar, como se organizará la sociedad de mañana hacia ese fin, como mejor participar en este proceso y cuales son los valores que nos guiarán. Con el camino que yo, personalmente, escogí hace muchos años, aposté en una dirección que me está dando resultados y esa fue de una vida de servicio a la sociedad basada en la ética de colaboración y no de competencia enfatizando las prioridades colectivas y menos en el ego individualista, mas de compartir y menos materialista y mas de conservar y menos de destruir.
De que no estoy solo en este camino, eso es obvio. De que sea generalizado, tomará muchos años, pero sin duda ya está ocurriendo y se puede palpar. Por ejemplo, se destaca una mayor preocupación en los derechos humanos (minorías, niñez, mujer, envejecientes, discapacitados, libertad de expresión, etc.) y en el medio ambiente (conservación de los recursos naturales: los bosques, los mares, nuestra flora y fauna, etc.). Hay muchos otros indicadores de un cambio de actitud evidenciado por una tendencia clara hacia la integración racial, política, religiosa, cultural y hasta sexual que promueve una mayor comprensión de la condición humana de los demás.
Reducir la pobreza, disminuir las desigualdades y contribuir al desarrollo de la humanidad se ha convertido en una tarea de todos y en respuesta se destacan las acciones de, por un lado, individuos que dedican recursos propios cuantiosos hacia este fin (Bill Gates, George Soros, Ted Turner, la familia Walton, entre muchos otros) y, por el otro, de empresas que reconocen que el bienestar social y económico de la sociedad es un requisito para su crecimiento. Los gobiernos se afanan asumiendo indicadores de medición de su contribución (en Europa se usa el 1.7% del PBI) y desde hace muchas décadas se nota un auge en la creación e influencia de muchos organismos que contribuyen al desarrollo internacional.
Sin embargo y por su razón de ser, para mi ninguno se asemeja a las cualidades que poseen las organizaciones cívicas sin fines de lucro (también conocidas como organizaciones no-gubernamentales-ONG) creadas por personas de manera voluntariamente para aportar soluciones a los problemas de nuestras sociedades. Su espectro es amplísimo, desde agrupaciones comunitarias muy locales hasta fundaciones internacionales. Su impacto positivo crece cada día y entre sus características están las siguientes:
- Diversidad: El sector de las ONG es sumamente diverso y abarca una gama muy amplia en términos de cobertura territorial y de servicios además de tamaño, misión y objetivos.
- Presencia: En casi todos los rincones del mundo existen organizaciones voluntarias cuya misión es de ayudar a resolver problemas comunes a sus respectivas sociedades. En tal sentido, son ideales como instrumentos de cambio.
- Dinamismo e Innovación: Casi por tradición, las ONG son ágiles y flexibles, capaces de ser dinámicos e innovativos en momentos de crisis social aguda. Son muy relevantes sus estudios, evaluaciones y definiciones de políticas en temas como la educación no formal, medio ambiente, salud preventiva, desarrollo urbano, planificación familiar, mejoramiento habitacional, formación humana, entre otros.
- Fomentan la Ética de la Participación: Entre los valores que las ONGs mas promueven es la ética de la participación entendiendo que solamente de esta forma es que se logra superar ese mal tan endémico que nos afecta: la “Cultura de la Dependencia” o Paternalismo. De hecho, gracias a sus programas de participación comunitaria, las mismas han sido muy exitosas en impulsar los valores democráticos, lo que incide positivamente en la construcción de una sociedad más sana y proactiva.
- Enfoque Pluralista: La misión de las ONGs es de apoyar a toda la población sin discriminar, sin preferencias partidistas, religiosas, étnicas o raciales. Es la única forma de fomentar una colaboración real entre todos hacia la solución de problemas comunes.
- Mayor Cercanía a las Necesidades de la Población: Por su permanencia en y contactos con las comunidades beneficiarias, estas responden mejor a las necesidades reales de la población que apoyan.
- Mayor Eficiencia Económica: Estudios revelan que las ONGs han sido más eficientes y ahorrativas en la ejecución de sus programas de apoyo a la población de bajos ingresos que el Estado Dominicano en obras como, por ejemplo, infraestructura, saneamiento ambiental y habitacionales.
- Fuente de Divisas para el País: Son importantes generadoras de divisas para la economía dominicana. La gran mayoría de sus ingresos provienen de fuentes internacionales. El Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, Inc. (IDDI), por ejemplo, devenga más del 90% de sus ingresos de estas fuentes.
- Transparencia: Es uno de los sectores institucionales más transparentes a nivel mundial. Está sujeto, constantemente, a auditorias, monitoreos y evaluaciones externas.
- Capacidad Gerencial y Negociadora: Posee una excelente capacidad para manejar eficientemente los recursos captados y de negociación con las instituciones que los aportan para beneficiar programas de desarrollo en el país.
En fin, las asociaciones voluntarias, sin fines de lucro de servicio a terceros son expresiones sanas del pueblo de organizarse para no solamente enfrentar problemas comunes, sino también contribuir al desarrollo de nuestras sociedades. (Esto, a pesar de los abusos que tradicionalmente cometen los políticos de nuestro país que las utilizan como instrumentos de enriquecimiento personal y manchan a los cientos de miles de personas que realmente quieren hacer aportes.)
De hecho, considero que este modelo de organización voluntaria de colaboración, de solidaridad, de enfoque pluralista, de fomento de la participación y de trabajo para terceros asumirá una importancia creciente en el futuro, ya que son instrumentos legales disponibles a cualquiera que desea involucrarse en la solución de problemas que nos enfrentan a todos.
En mi caso particular, no me domina ese apetito de lucro tan predominante hoy en día, y frente a los retos que nos espera (particularmente en el ámbito ambiental) creo que colaborar juntos tiene que tomar una mayor prioridad que competir para el poder, el estatus y la acumulación personal que casi siempre se obtienen a expensa de los demás.