Hoy en día la República Dominicana está siendo sometida a una serie de graves y empeorantes problemas que han producido para el sector de bajos ingresos una situación de vida desesperante. A nivel rural esto se evidencia por un creciente deterioro en la calidad de vida que ha obligado a la masa campesina a emigrar a los centros urbanos donde esperan encontrar un mejor futuro. Sin embargo, lo que encuentran es una situación de hacinamiento, desempleo y una insalubridad tal que cuestiona todas las normas humanas de convivencia y caridad mutua. El retrato mismo del medio ambiente y sus moradores refleja sus perdidas esperanzas de transformar esta realidad. Lejos de mejorarse se pudiera afirmar que la situación se está agravando.
Sin embargo, y a pesar de esta situación de deterioro progresivo, el Gobierno Dominicano ha demostrado que es incapaz de atender y resolver las necesidades de los barrios marginados donde se asientan la gran mayoría de los migrantes. Este hecho se manifiesta de muchas formas como, por ejemplo:
- la incapacidad de las autoridades de definir políticas coherentes de desarrollo urbano y el incumplimiento con los lineamientos establecidos;
- la contaminación del medio ambiente por la alta densidad poblacional, comercial e industrial;
- la distribución de la población en el espacio urbano de forma no equitativa, generando problemas de hacinamiento y densidades extremadamente altas;
- crecimiento anárquico de los barrios marginados;
- incapacidad de la economía urbana para absorber una concentración poblacional.
Respondiendo a esta situación y en apoyo a los pobladores que habitan los barrios marginados de Santo Domingo, el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral, Inc. (IDDI), una institución privada, dominicana y sin fines de lucro, ha venido realizando una serie de acciones de desarrollo fundamentadas en los siguientes principios:
- Todas las actividades son ejecutadas en base al concepto del desarrollo integral.
- Es imprescindible promover y fomentar la autogestión y autodesarrollo de los moradores para que ellos puedan tomar las decisiones necesarias sobre su propio destino.
- En la medida de lo posible se ha planteado la necesidad de que los costos invertidos sean recuperables.
- Se debe promover solamente esas soluciones técnicas que estén dentro del alcance económico y educativo de los moradores.
- Es necesario respetar en lo máximo el tejido socio-cultural y económico existente en los barrios.
- Se deben utilizar al máximo (en la medida de lo posible) los recursos humanos, materiales y financieros existentes en los barrios.
- Las soluciones técnicas deben ser de baja inversión de capital y mano de obra intensiva.
- Debe haber un respeto profundo de los sistemas ecológicos y biológicos existentes y estar en armonía con estos.
- El proceso de toma de decisiones tiene que ser completamente apartidista y pluralista.
Por otro lado, el IDDI considera que el desarrollo nacional no está en las manos únicamente del gobierno, sino que es responsabilidad de todos y, por tanto, entiende que es imprescindible enfatizar que todos los sectores que componen la sociedad Dominicana son actores con un rol específico que jugar y cumplir en este campo. Sobre todo, es necesario que cada uno conozca la parte que le toca y que dentro de la globalidad de lo que es el desarrollo de nuestro país sepan que en estos momentos de crisis no tenemos el lujo de competir ni duplicar los esfuerzos que cada uno realiza, sino complementar uno al otro.
Para poder construir una sociedad sana y democrática es necesario reconocer que todos los involucrados en el desarrollo nacional entiendan que es necesario apoyar la capacidad de auto-gestión comunitaria, venga de donde venga. De esta forma somos todos compromisarios del desarrollo de nuestro país.
El papel que juega el IDDI como institución de apoyo al sector popular no ha sido de resolver problemas, sino de ser facilitadores del proceso organizativo y de desarrollo del mismo. Ha sido su responsabilidad saber cuándo apoyar las acciones espontáneas existentes y cuando introducir procesos y mecanismos innovativos. En este sentido, el IDDI ha tenido cautela en mantener una visión de que por un lado responde a las solicitudes de apoyo del barrio, y por otro entiende que a veces ha sido necesario ser catalizador de cambios introduciendo las modificaciones de lugar. No se promueven soluciones individualistas aisladas del enfoque colectivo.
Las actividades de desarrollo del IDDI representan la primera vez que una institución del sector privado realiza acciones a esta escala y envergadura a favor de los asentamientos marginados de Santo Domingo. Por tanto, estas experiencias tienen una trascendencia importante en el ámbito urbano, ya que demuestran que al asumir el concepto de desarrollo integral participativo como principio fundamental (en el cual la población se concientiza y se integra a todo el proceso de determinar su propio destino) es posible resolver (aunque sea a largo plazo), los problemas que afectan a nuestros barrios, elevando al mismo tiempo el nivel de vida de sus habitantes, pero siempre preservando su tejido sociocultural.
En Santo Domingo específicamente, los mismos barrios marginados sufren un crecimiento poblacional del 10% anual aunque la del país solamente crece a un 2.6% anual y aunque poseen el 64% de la población de la ciudad capital, ocupan nada mas el 19% de la superficie.